La cocina
Es la parte más importante de la casa, en ella
se cocinaba, se comía, se hacían polavilas
(fiestas y reuniones de vecinos)... Durante las noches
de invierno, se contaban cuentos y se leían historias,
alrededor del fuego siempre encendido. Las mujeres aprovechaban
también para tejer, hilar, etc.
Los escaños están colocados alrededor del
fuego, que arde en un agujero hecho en el medio de la
estancia. Debido a una antiquísima tradición
el fuego nunca se apagaba, por las noches se cubría
de ceniza y se tapaba, si se moría se iban a buscar
brasas a otra casa en un zueco para volverlo a encender.
Encima del fuego se encuentra la garmalleira
de la que se cuelga el pote, la pota o la caldera de cocer
a los cerdos. La garmalleira cuelga de un palo
que se llama guindastre y sirve para sacar la
comida del fuego sin quemarse, porque jira sobre su eje.
Encima de la cocina está el caízo,
es un gran cajón de madera y varas que tiene como
misión principal proteger el techo de paja de las
pavesas del fuego, también sirve para secar castañas,
nueces, etc. Del caízo cuelgan por la
parte de abajo unas varas, para secar la ropa (cuando
venía alguien mojado de trabajar), ahumar los chorizos...
Tenemos bastantes cacharros de cocina como: maseiros
(para servir las castañas y las patatas cocidas),
tazas de madera, sartenes de rabo largo y tres pies, una
alacena, arcas, mazaderas (para hacer mantequilla), potas
y potes, la sella para agua de beber (colocada en su sitio
de siempre: la trabela), el odre del vino, distintos
tipos de candiles entre los que cabe destacar el ganzo...